LA INFLUENCIA DEL ENTORNO SOCIAL EN LA CONSTRUCCIÓN DEL SER SOCIAL
LA INFLUENCIA DEL ENTORNO SOCIAL EN LA CONSTRUCCIÓN DEL SER SOCIAL
Todo individuo está
inmerso en un entorno, interactúa con este medio que lo rodea, generando respuestas
y recibiendo estímulos, que es recíproco producto de su interrelación. El
entorno social específicamente, involucra personas, individuos, los cuales
tienen esa capacidad innata de relacionarse, poseen el instinto gregario,
propio de todo ser humano.
¿qué sucede con este ser en relación?, ¿cómo influye el entorno social en él o
ella?, el o la adolescente, ¿es capaz de sobreponerse a las condiciones
adversas del medio?, ¿cómo lo hace? ¿Qué herramientas utiliza para hacer frente
a las dificultades que se le presentan? Son algunas interrogantes que se
presentan cada vez que se intenta analizar los factores que influyen en el
desarrollo de las capacidades del o la adolescente. Sin embargo, uno de los
principales factores que ejerce influencia sobre éstos es el medio social que
lo rodea.
Surge entonces la problemática que envuelve al o la
adolescente inmerso en un entorno social negativo que impide el desarrollo de
sus capacidades, ejerciendo influencia negativa, dificultando por tanto la
expresión del joven
La resiliencia se presenta entonces como esta cualidad que “protege” en cierta
forma al o la adolescente, permitiendo que se desarrolle positivamente a pesar
de las difíciles condiciones de vida. Parece ser que él o la joven cuenta con
dos elementos básicos como son la resistencia frente a la destrucción o la
capacidad de proteger la propia integridad a pesar de la presión y la capacidad
de construir o reconstruir su propia vida a pesar de las circunstancias
difíciles.
Para entender en cierta forma la naturaleza de él o la adolescente podemos
decir que viven una etapa caracterizada por rápidos y significativos cambios,
lo cual determina una situación típica: alteración de la personalidad y
dificultad en la interrelación con los adultos; todo esto ha contribuido a la
visión comúnmente difundida de esta etapa como crítica o caótica.
En líneas generales se puede decir que la adolescencia es la etapa de la vida
en que se producen los procesos de maduración biológica, psíquica y social de
un individuo, alcanzando así la edad adulta y culminando con su incorporación
en forma plena a la sociedad. En el aspecto biológico el o la joven progresa
desde la aparición inicial de las características sexuales secundarias hasta la
madurez sexual. En lo psicológico evoluciona tanto en sus procesos psicológicos
como en las formas de identificación desde los de un niño a los de un adulto y
en el plano social se realiza una transición del estado de dependencia
socioeconómica total a una relativa independencia
Así, las nuevas características tanto físicas, psicológicas como sociales
presentes en el o la adolescente influyen en el modo de ver y relacionarse con
la sociedad, por ejemplo los cambios físicos acelerados contribuyen a una
imagen personal cambiante e inestable y muchas veces a un físico poco agraciado
e incluso a incoordinación motora (crecimiento desproporcionado), todo lo cual
suele crear problemas de auto imagen negativa que afecta su relación tanto con
sus pares como con las demás personas que lo rodean. En el ámbito psicoafectivo
se produce una acentuación general de los impulsos que no están muy definidos,
los que se traducen en una excitabilidad difusa (irritabilidad, cambio de
ánimo, hipersensibilidad), con momentos de actividad alternados con momentos de
pasividad e introversión, muchas veces incomprendidos por quienes lo rodean
generando conflictos y relaciones difíciles. En el área social se produce un
quiebre en las relaciones interpersonales en las diferentes áreas (familia,
amistades) con un marcado afán de independencia que genera conflictos en las
relaciones con los padres, presentando además arranques de independencia y
actuaciones infantiles que requieren protección y dependencia. (11). Bajo este
contexto se puede decir que todo lo que rodea a el o la joven, sea la familia,
el colegio, la comunidad, los pares, los
medios de comunicación (TV, Internet, medios escritos y otros), las
organizaciones comunitarias (agrupaciones juveniles, centros deportivos y de
recreación, agrupaciones políticas y religiosas) ejercen influencia en éstos y
al mismo tiempo se ven enfrentados a distintos cambios sociales, estímulos y
desafíos que generan respuestas necesarias para su desarrollo personal y
social.
El rápido desarrollo de las sociedades junto a la
multiplicidad de influencias interculturales que se han producido, han
propiciado una situación de confusión de valores, a las que los y las
adolescentes son especialmente sensibles. Pueden sentirse en ocasiones escasos
de ese marco de referencias que les permita tomar decisiones adecuadas sobre su
propia conducta. La adolescencia es una época en que los individuos se hacen
cada vez más concientes de sí mismo y que forjando su individualidad crean un
sistema de valores aprendiendo del rol personal
y social que requieren para la
vida adulta. Este proceso de construcción que señala el tránsito de la infancia
al mundo adulto suele ir acompañado de una situación de desequilibrio e
inestabilidad, que perturba al o la adolescente y que también afecta a la
familia.
El proceso de transición física y psicológica que experimenta un o una
adolescente lo expone a riesgos que
estarían relacionadas con aquellas conductas que
pueden interferir en el logro de tareas normales del desarrollo. Así, la
explotación, los desordenes emocionales y los comportamientos generadores de
riesgo pueden comprometer la salud, los proyectos de vida y la supervivencia propia y de otros; sin embargo
estos comportamientos pueden tomar algún sentido cuando forman parte de
un proceso normal de adaptación social, a través de los cuales los individuos
se ubican en un medio social determinado
Para explicar las causas de conductas desviadas y delincuencia se pone la
mirada en la familia, pero no se debe asumir la idea que detrás de un o una
adolescente delincuente, hay una familia disfuncional, ya que éste no sólo vive en familia, sino que
se relaciona y/o pertenece a otros grupos o instituciones que también operan
como agencias socializadoras.
El factor económico influye de manera significativa en el
desarrollo del o la joven, un nivel socioeconómico bajo es una de las primeras
condicionantes del trabajo infantil, lo que lleva a un menoscabo de las
potencialidades del o la adolescente.
Los pares también ejercen influencia en el o la joven, dependiendo del tipo de
elección, estos grupos pueden afectarlo negativamente, incitando y/o reforzando
las conductas de riesgo ya presentes en el o la adolescente
Si centramos la atención en el sector salud como entorno del y la adolescente
se podría decir que no existen políticas claras y específicas para ellos,
nuestra cultura sanitaria consideraba a los y las adolescentes como personas
sanas en el sentido de ausencia de enfermedad. La impresión de que no se
enferman, está dada más bien por el
hecho de que la gente joven no consulta en los servicios de salud clásicos,
donde el personal no está entrenado para su atención, por lo tanto no tienen
una acogida adecuada. Por lo mismo
adolescentes han sido discriminados de las acciones de salud, constituyendo una
muestra de evidente inequidad que caracteriza la situación actual de salud y
que el Gobierno está empeñado en superar. El medio geográfico que rodea al
joven ejerce influencia directa sobre éste, por ejemplo las o los jóvenes para
los cuales la calle es el espacio de satisfacción de necesidades importantes se
encuentran expuestos a riesgos de todo tipo. Por otro lado la migración
rural-urbana unida a condiciones de extrema pobreza incrementa la exposición a
factores de riesgo.
Es importante destacar que una situación puede ser de alto riesgo en un momento
de la vida del o la adolescente, y su influencia en éstos va a depender por un
lado de los logros del desarrollo personal del o la joven como la adquisición
de capacidades biológicas, psicológicas y
recursos sociales que posea y por otro de las condiciones del entorno de
acuerdo al grado en que sean protectoras, peligrosas, incapacitantes o
capacitan tés
Inevitablemente, en algún momento del desarrollo, crecimiento y socialización
todos se deben enfrentar de algún modo a situaciones dañinas y desconocidas
donde no siempre se cuenta con recursos psicológicos para hacerles frente, sin
embargo existen características individuales que funcionan activamente para
promover conductas positivas, a estas condiciones se les denomina factores
protectores, también presentes en los o las adolescentes.
Si nos referimos a estos factores cabe el concepto de
resiliencia que se refiere a la capacidad del ser humano de recuperarse de la
adversidad y más aún, a transformar los factores adversos en un estímulo y desarrollo.
Se trata de la capacidad de afrontar de modo efectivo eventos adversos, que
pueden llegar incluso a ser un factor de recuperación (Suárez, 1993
Un o una adolescente que posee esta cualidad tiene la capacidad de transformar
un conflicto en una instancia para el crecimiento y transformación. Es un
potencial humano activado que logra buenos resultados a pesar de estar expuesto
a un alto riesgo, mantiene competencias bajo la amenaza
Entre los factores que incrementan la resiliencia destaca la exposición previa a adversidad
psicosocial con enfrentamiento exitoso con la tensión y el peligro. Dosis
gradual de enfrentamiento de dificultad pueden operar de modo similar a la
inmunización, por el contrario, cuando la sobre protección y las decisiones
están en manos de otros, fomenta un locus de control externo y el o la joven no
consolida su autoestima, por lo cual se siente a merced de los eventos externos
y por otro lado el sometimiento
permanente a la adversidad y al estrés, parece reducir fuertemente el
desarrollo de la resiliencia.
Un o una adolescente resiliente es capaz de crear significaciones y sentidos, o
un profundo entendimiento, a pesar de las dificultades, de que hay algo
positivo en la vida que es capaz de dar coherencia y orientación a la misma, es
un luchador innato, con la capacidad de construir y reconstruir su propia
vida. Son estos jóvenes que por
ejemplo, trabajan y al mismo tiempo estudian, con la visión de optar a nuevas
opciones de desarrollo, no se dejan abatir y viven en una constante búsqueda de
oportunidades. Otra característica del o la joven es la vincularidad, que
implica intercomunicación afectiva, crear lazos consigo mismo, con los otros y
con su entorno. También al poseer sentido del humor los hace capaces de reírse
de sus males, teniendo como base el mismo sufrimiento. La gracia suele implicar
el reconocimiento y la ternura ante lo imperfecto, el fracaso, la capacidad de
admiración ante lo inesperado, sobreponiéndose a las dificultades.
capacidad de superar el miedo, y por otro lado son fuentes de resiliencia un
ambiente facilitador (acceso a la salud, seguridad social), recursos personales
(autoestima, autonomía, desarrollo de empatía), y habilidades sociales.
En este contexto, lo cotidiano se constituye en un reto y a la vez en una
incertidumbre en medio de la cual los y las jóvenes elaboran su identidad
Por el contrario existen muchos obstáculos, prejuicios y temores respecto de la
capacidad del o la adolescente, donde el entorno que lo rodea más que
facilitarle su desarrollo muchas veces impide su desenvolvimiento, a la vez que
le ofrece una serie de condiciones riesgosas para su salud (medios de
comunicación, vida nocturna, pandillas,
La insatisfacción y preocupación que los y las adolescentes
tienen por su rendimiento personal, la carencia de nutrientes socio afectivo y
cognitivos, muestran su necesidad de un
presente que les abra posibilidades de descubrimiento y certeza acerca de sus
propias capacidades y valor
De todo lo expuesto podemos recomendar a los equipos de salud trabajar el
concepto de resiliencia, a pesar de que los estudios respecto del tema son más
bien recientes. Se hace necesario activar la Resiliencia, acorde con el
paradigma del nuevo milenio, para ofrecerle a las diferentes áreas del
conocimiento otras alternativas de acción y generar estilos de vida más
armónicos con el entorno
El papel del equipo de salud es como facilitador de procesos de cambio que
dependen de la motivación y expectativas tanto del o la joven, la familia y la comunidad. Neutralizar los
factores de riesgo y a la vez fortalecer los factores protectores,
identificando no sólo aspectos individuales negativos, sino también los rasgos
personales, favorecerá la obtención de logros en el o la joven, desarrollando
un auto imagen positiva e integración afectiva social.
El desafío es identificar aquellos y aquellas jóvenes con
ciertas cualidades resilientes y a la vez capacitarlos para promover la salud
en sus diferentes aspectos, actuando como agentes multiplicadores dada su
fuerte interacción con los grupos de pares
IRENE AGUILAR G.
ANA MARÍA CATALÁN E.
1. CRAIG, G. Desarrollo Psicológico.
Santiago, Chile. 8ª Edición. 2001.
2. FLORENZANO, U. Familia y Salud de los Jóvenes. Santiago,
Chile. Ediciones Universidad Católica. 1995.
3. FLORENZANO, U. El adolescente y sus Conductas de Riesgo.
Santiago. Chile. Universidad Católica. 1997.
4. KOHLER, R y Col. Ensayo: “Redes Sociales y Adolescencia”.
Puerto Montt. 2004.
5. MINISTERIO DE SALUD, “Política Nacional de Salud para
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6. MONTENEGRO y Guajardo. Psiquiatría del Niño y del
Adolescente. Santiago. 1994.
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adolescentes. Washington, EEUU. 2ª Edición. 1999.
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9. CERISOLA, M. “Concepto de Resiliencia”. Universidad de
Salvados. Facultad de Psicología. 2003. mailto:karla_2222@hotmail.com
10. Destacado. In: adolescentes trabajan actualmente en
Chile. 2003. http://wwwpariabi.cl/notasdeinfancia/destacadohtm-12k
11. INTERNET. GOOGLE: HARRÉ y Lamb. “ADOLESCENCIA”.
Diccionario de la Psicología Evolutiva y de la Educación. 1990.
Pues la información me sirvió mucho
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